jueves, 14 de junio de 2012




No, no somos animales.


En respuesta a esa frase de cajón ¨parecemos animales¨, no! realmente no lo somos, cómo se les ocurre poner a los animales en un nivel tan bajo y despreciable como el nuestro. Los animales atacan siguiendo un instinto, atacan a su agresor en defensa, atacan por sobrevivencia, atacan por hambre. Pero jamás atacan por maldad, premeditada.

Pero en el caso humano no es instintiva por nuestra capacidad o mejor carencia de raciocinio. Si bien según la hipótesis de Charles Darwin, en su obra sobre “El origen de las especies por medio de la selección natural”, proclama al mono como padre del hombre, argumenta que sus instintos de lucha por la vida le permitieron seleccionar lo mejor de la especie y sobreponerse a la naturaleza salvaje. Esta tesis manifiesta el instinto humano por la violencia dado el caso acción reacción, pero no hace referencia a una violencia premeditada con sevicia.  

Por otro lado, no cesan de aflorar teorías que rechazan la idea de la violencia como instinto innato, afirmando que la agresividad no es más que un fenómeno adquirido en el contexto social, lo que hace todavía más triste nuestro actuar. El filósofo y escritor Jean-Jacques Rousseau sostenía la teoría que el hombre era naturalmente bueno y que la sociedad corrompía su bondad, reafirmando que nos encontramos ante una sociedad completamente podrida.

Vivimos un ¨señor de las moscas¨ elevado a la décima potencia, de forma negativa.

Entonces dónde nos hemos quedado, si bien puede decir que el hombre sea violento por instinto o corrompido por la sociedad, jamás se había hablado sobre un nivel de barbarie de éste tipo, realmente estamos frente a unos hechos espantosos, maltrato a niños, ataques con ácidos, laceraciones, empalamiento, y más cosas que ni quiero repetir para no acordarme y otras incluso peores que prefiero no conocer. Debe quedar claro que ningún animal mata por placer; únicamente lo hacen para sobrevivir; en cambio hombre, con su supuesta conducta ¨animal¨ mata y maltrata simplemente por mera ocurrencia, por diversión o placer. Que poco hombres son los que se atreven a maltratar a una mujer o un niño, ya que estamos en menor capacidad de fuerza; definiría al hombre como el único ser que agrede a pares completamente indefensos, acto que definiría como cobardía. 

Si continuamos con la teoría que el comportamiento humano, más que ser genético o hereditario, es un fenómeno adquirido por medio de la observación e imitación, el futuro que nos augura es todavía menos alentador al que estamos viviendo. Para ser acordes con nuestra conducta debemos cambiar la taxonomía; dividir a los seres vivos en dos grandes categorías: animales y bestias. En el primer grupo tendrán cabida millones de especies, en el segundo una sola, los humanos.