Si bien es cierto que el hombre durante toda su existencia le ha tenido al fin, a la muerte y por su puesto que al mismísimo fin del mundo. Supuestamente este día ya está por llegar, estudiosos del Libro Gordo de Petete, que en su equivalente religioso; ósea lo que comúnmente conocemos como Biblia, dicen que esta vaina se acabó. Yo no podría asegurar si esto es cierto. Porque lo más cercano que he estado de la Biblia es en este momento que la nombro.
Si se acaba el mundo, pues nadie recordará nada, no quedará nada lo cual me deja muy tranquila porque nunca me preocupé por hacer algo. Nada sería un buen adjetivo para describirme. Siento un poco de pesar por aquellos que se preocuparon más por cosas pequeñas, que por vivir. En eso sí me considero mucho. Porque; sin mucho esfuerzo me he dedicado a vivir mucho, a costa de mis padres, uno que otro familiar o de los animales de la jungla de cemento -marranos, perros, lagartos, buitres, gallinazos- que quieren casarnos.
La ley de la vida sugiere que uno sea más que sus padres, que llegue más lejos que ellos y esto en nuestra sociedad se mide con el dinero y los bienes materias, en este aspecto no me fue muy bien porque casi todo lo que tengo lo tengo por ellos, es más vivo mejor que ellos, pero gracias a ellos.
Por otro lado no me siento mal por no haber aportado a la humanidad, porque ésta ya se va a acabar, igual si no se acaba después no me preocuparé por hacer algo, soy de ese tipo de personas que le gusta recibir mucho y dar poco. Llámenme aprovechada o lo que quieran, yo soy así. Me parece que hago mucho entreteniéndolos durante 5 minutos mientras leen cada tipo de sandez que escribo.
Por último, pero no menos importante recomiendo seguir con el pensamiento colectivo del cual son una fanática de barra brava y todo ¨vive cada día como si fuera el último¨ y más cuando se supone que sí se va acabar.
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